El baile es una cultura, género musical y baile Afro-colonial.
Son ritmos africanos traídos por los negros esclavos de Angola, Camerún, Guinea y El Congo. Sus orígenes provienen del sincretismo de los negros africanos con sus esclavizadores españoles, cuya imposible coexistencia dio lugar al Congo. Concentrados principalmente en la Provincia de Colón, en la República de Panamá, se caracterizan por una expresión violenta y erótica al bailar, y además asocian casi siempre una especie de representación mímica y teatral, que tiene como temática episodios históricos del infame comercio negro, de la esclavitud y las consiguientes rebeliones negras durante los tiempos de la conquista y del colonialismo. Así mismo es considerado el género y baile de tambor más antiguo de Panamá.
El congo se baila descalzo, por la relación del negro con la tierra.
La danza, una mezcla de movimientos, percusión y sonidos fuertes, colores, vestidos y máscaras, mitos, magia y cantos, son una muestra ferviente de las antiguas raíces africanas que han sobrevivido a través de incontables generaciones, preservadas hasta nuestros días a través de una de las tradiciones más representativas de la provincia de Colón, donde la población es predominantemente afroamericana. Los movimientos del hombre y de la mujer negra son propios de su naturaleza.
El baile congo es un conjunto de movimientos propios de cada uno, los cuales no tienen un orden específico, más bien son intrínsecos en cada persona que desarrolla el baile; algunos lo hacen con sensualidad, otros con sentimiento, con expresiones muy particulares, con mensajes de vida, rememorando
situaciones, con religiosidad, con alegría, con tristeza, con dolor, llenos de vida, con pesar, en forma de juego, de manera espontánea, con naturalidad, con ritmo.
El estilo del baile es básicamente improvisado, aunque ciertos pasos y posturas del cuerpo caracterizan la coreografía. Sin embargo, no hay ninguna secuencia fija o predecible. Intuitivamente, las parejas se responden, componiéndose en un baile, que resulta en movimientos perfectamente sincronizados y los gestos no planificados. La interacción ocurre con una velocidad y coordinación asombrosa. El juego de amor masculino – femenino es abierto, franco, erótico y enlazado con un espíritu de juego y exageración. Las señoras bailan tranquilas y serenas como si estuvieran en trance. Con pequeños pasos, ella se mueve hacia el tambor, sus hombros, brazos y cabeza queda casi sin movimiento. Solo los movimientos de las caderas son claramente observables, con los volantes de la falda invita a su parejas a acercarse. Si él acepta el reto y se le acerca, ella se retira con prontitud, se voltea y sigue en otra dirección.
Los vestidos de los congos están llenos de colorido, lo que representa la belleza de la naturaleza, se maquillan la cara con carbón (la parte externa del coco, quemada) para que no se les reconozca por las arrugas o cicatrices.
Las mujeres utilizan una pollera de dos piezas, camisa con arandina y un pollerón hecho de retazos, además de flores en la cabeza y collares de cuencas o caracoles. La reina, entretanto, se diferencia con una corona hecha de latón y otros materiales llamativos. La mujer viste pollera montuna colorida, y luce maquillaje y las flores en su cabello.
Los personajes principales son:
Fue el gran auxiliar del amo y del catequizante.
Los hombres utilizan la ropa al revés y vieja, sombrero de estopa de coco adornado con plumas, conchas, espejos o cuencas, y se pintan la cara con carbón en símbolo de rebeldía. El rey o Juan de Dios usa una corona más pequeña que la de la reina. Las cuerdas y listones aluden a las cadenas de la esclavitud y los objetos queridos se guardan con bolsas grandes que se usaban para períodos de fuga de los españoles. Se complementa la vestimenta con sombrero cónico y bastón dando un efecto paródico.
El pajarito, pintado con carbón, usa sombrero de estopa de coco y plumas, lleva una muñeca a la espalda y suena incansablemente un pito que a todos ensordece. El diablo, por su lado, aparece cuando cantan la tonada del “diablo Tun Tun”. Es cazado por los ángeles para ser bautizado, lo que causa un gran alboroto entre el público.
La instrumentación del baile Congo en Portobelo, la componen dos tambores, un bajo y un requinto. Son cilíndricos, atados con cuerdas y cuñas de madera que le dan tensión al cuero, generalmente de piel de venado.